Louis Theroux, y digámoslo sin ambages ni medias tintas, es el
mejor entrevistador y documentalista que hay. Ha perdido un poco de punch, y
por momentos parece que la magia se ha ido y que el entrevistado ya sabe a lo
que juega, pero sigue siendo top en lo suyo. Su método es simple. Él no es la
figura, no es el centro de atención, no es el protagonista ni quiere serlo. Así
que Louis viaja al epicentro de lo que le interesa y se hace a un lado,
entrega cámara y micrófono a su invitado y le da rienda suelta.
Además, el bueno de Louis tiende a escoger campos del conocimiento
que requieren de un interlocutor válido para que los de fuera podamos entender
de qué va la película. En España, cualquier politólogo con medio título de
periodismo y escasez de neuronas se apunta a opinar (más bien polemizar) sobre
cualquier tema. Louis no. Louis viaja a la América profunda para hablar
con supremacistas negros o luchadores amateurs, se cruza en el camino de
neonazis, pedófilos, actores porno y gente cuya versión de la historia no se
hace oír y les da un micrófono dejándolos libres para hablar. Claro que esa
libertad, para algunos, es una trampa mortal.
Louis entrenando para ser el nuevo Tito Santana, más Tito que nunca |
Durante las entrevistas, Louis pone cara de Louis. Dicha faz
es la propia de alguien que está escuchando profundamente lo que dice el otro y
que parece interrogar constantemente a su interlocutor con un “¿sólo eso?,
¿nada más que decir?”. Empujados por este rostro queriente de más
información, estos descerebrados muchachos proceden a expresar sin ninguna
cortapisa opiniones propias de un neandertal con un claro problema de exceso
cromosómico. Resulta interesante ver que los fachillas de medio pelo que
dominan la extrema derecha americana proceden, en su mayoría, del mundo de
internet. La red ha abierto la puerta a muchas vías de conocimiento y
expresión, ha favorecido el nacimiento de artistas de diversos ámbitos y ha
permitido que voces anteriormente silentes ahora sean escuchadas. Eso no es
inherentemente malo, pero tampoco es necesariamente bueno.
Futuro ministro de Cultura y Saber estar |
Gamers, instagrammers, youtubers y demás mierders intoxican, molestan y lanzan sus estupideces a cuanto idiota esté dispuesto a oírlo o incluso pagar por ello. Así que, por poner un ejemplo, Louis se encuentra con un mierdecilla que se autodefine como un troll de internet. Luego descubrimos que eso significa que se graba a si mismo diciendo, entre otras cosas, que va a violar a otra asidua de la world wide web, lo cual demuestra que no todos los trabajos y formas de ganarse la vida merecen el mismo respeto. Este elemento es uno de los brazos fuertes de este nuevo movimiento de derechas y, aunque clama ser ajeno a la ideología de extrema derecha, no duda en reconocer que quiere una América blanca y pura con las mujeres fregando platos y, a poder ser, libre de extranjeros. Esto último resulta particularmente gracioso por cuanto el líder de esta nueva extrema derecha se apellida Fuentes, algo que ubica sus orígenes en praderas más latinas de las que uno esperaría.
El amigo Fuentes, rostro despierto y sagaz. Ejemplo de la supremacía genética blanca |
Lo que más sorprende de estos documentales es qué poco recuerdas a Theroux
en ellos. Sin embargo, casi siempre deja una pequeña nota al pie. Estar
tanto tiempo callado permite absorber mejor la información, y en muchas ocasiones,
las preguntas de Louis Theroux pillan con el paso cambiado a sus
entrevistados, incapaces de entender como ese tío con pinta de pánfilo acaba de
darle la vuelta a la tortilla en medio segundo.
Es lo que le pasa al troll antes mentado, adalid de una derecha limpia y
ajena al Klan y demás mandangas. En un derrape inesperado, Theroux lo
pilla haciendo el clásico saludo al fuhrer que tanto gusta a los señores de
centro y el chaval niega la mayor. El troll de internet se indigna porque lo
acusan de ser un nazi, así que Louis le da el golpe de gracia. “Tu
único trabajo es mostrar que no eres de extrema derecha, y no has sido capaz de
hacerlo bien”. El pobre idiota que, no olvidemos, se gana la vida
insultando a gente por internet, explota cuando se ve al otro lado de la
pantalla. Los gestos paternales de Theroux son el último clavo del ataúd
y el niñato incapaz de madurar dos palabras con lógica se va a su casa haciendo
pucheros y lanzando cortes de manga.
Louis en una reunión de trabajo típicamente inglesa |
En menos de una hora y con tres o cuatro frases sueltas, Louis nos muestra la absoluta falta de nivel intelectual de unos tipos que acumulan seguidores políticos. Al final, queda claro que Theroux vale más por lo que calla que por lo que dice. Exactamente al contrario que los otros idiotas, capaces de labrarse una carrera a base de vivir en la idiocia más absoluta, pululando por la web mientras lanzan soflamas a cada cual más ridícula.
Un gran documentalista, un gran reportero, un tipo que nos enseña a
escuchar, a oír e interpretar los mensajes más retorcidos y abyectos de una
sociedad. Mensajes que, o mucho me equivoco, se tornan mayoritarios mientras el
resto miramos a otro lado.
Sí, ojo con los mensajes de estos retrasados, que van calando en esta sociedad cada vez más idiota. ¡Más leer y menos instagram y youtube, lerdos!
ResponderEliminarHace un minuto estaba leyendo una entrevista a una profesora de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) y catedrática de Estudios de Género en la Universitat de Barcelona. Primera respuesta en la sección de comentarios "vaya individua taruga". El ser que ha escrito esto tiene derecho al voto. Estamos en caída libre.
EliminarLo que decía Pérez-Reverte:"La democracia no sirve de nada si el que mete el voto en la urna es un analfabeto".
EliminarEn Spain se han votado cosas absolutamente insostenibles. Cuando un señor quiere ganar unas elecciones proclamando "más ganadería, menos comunismo", es porque los mensajes simples resultan ser los más eficaces.
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