LA ÚLTIMA CACERÍA DE KRAVEN

En la historia del cómic hay tebeos muy malos, tebeos horrendos, infames, horribles, ignominiosos, infumables, de McFarlane, auténticamente desastrosos y horripilantes. Luego hay historietas divertidas, entretenidas, que se dejan leer, algo de Remender, para pasar el rato. Subiendo un poco más arriba, allá a la izquierda, te encuentras buenos cómics, grandes historias, buenos personajes, momentos espectaculares, un Largo Halloween para Jeph Loeb. Si miras al cielo aparecerán brujerías de Ibáñez, renacimientos de Frank Miller y puede que alguna obra cumbre del noveno arte. Más allá de las estrellas perduran historias paridas en momentos ocasionales. Escasas, mágicas, sensacionales. La historia de hoy está en un punto elevado de la constelación de buenos cómics. Por debajo de otros, pero por encima de muchos

El Largo Halloween, momento de lucidez para Loeb y Sale

Cuando nos salimos de la historia de la viñeta, como algo global, y nos centramos en las aventuras del héroe más famosode Marvel , nos damos cuenta de que una gran mayoría de las aventuras del Hombre Araña se sostienen por la gran galería de villanos y lo cotidiano y cercano de un personaje que ha pasado al estatus de leyenda durante sus más de cincuenta años de vida. Que Peter Parker sea una creación estupenda con la que la mayoría de los lectores puede identificarse no otorga a las historias de Spider-man de calidad per se. En realidad, pocas son las aventuras del trepamuros que perduran en la memoria. Se guardan con cariño sus primeros lances bajo el talento de Lee y Ditko, pero más allá, un poquito más allá, ¿cuáles son las mejores aventuras de Spider-man? Todos sabemos como murió Gwen Stacy, quién es Veneno, o la alineación clásica de los Seis Siniestros, pero pocos pueden enumerar un gran arco argumental del héroe azulgrana. 

Por poner un ejemplo mientras salto de acera, el hombre murciélago ha paseado palmito por historias de leyenda, con su Año Uno, su final como Caballero Oscuro y sus andanzas por el Arkham Asylum. Pero ¿y Parker? Además del innegable carisma que exuda el Hombre Araña, ¿Qué historias han convertido a Parker en un icono del cómic por derecho propio? La respuesta se encuentra oculta en dos relatos. La saga del Comepecados y, sobre manera, La última cacería de Kraven. Sorprendentemente, quizá estos sean los dos cómics más cercanos a la oscuridad y la violencia que rodea al hombre murciélago de Gotham. Historias alejadas de la divertida lucha contra el mal del hombre común que es Peter Parker. Porque recordemos que Parker no es millonario, guapo, alto, ni famoso. Sin embargo, es el héroe por definición y pocas aventuras lo pondrán tan a prueba como su enfrentamiento final con Kraven.

¿Y quién es este Kraven? Sergei Kravinoff, el personaje que le dará su mejor momento a Parker, era un villano menor. Así sin más. Un cazador en taparrabos con alguna habilidad sobrenatural, pero meramente una comparsa para elementos mayores como Octopus o el Duende. Por tanto, llegas a la primera página de esta última cacería sabiendo que Kraven no es nada, que Kravinoff no es nadie ¿Quién es ese DeMatteis que nunca escribió algo interesante? ¿Mike Zeck? ¿El dibujante del Castigador? ¿en serio? Un cómic parido por artistas menores. Inesperado de base. Supongo que el arte se concibe en el momento en que se necesita. La última cacería de Kraven merece ser leída y degustada. Todo en ella se combina para otorgar el plato perfecto sin que ninguno de los ingredientes originales hiciese pensar que estábamos en un restaurante de dos estrellas michelín. En esta aventura aparecen algunos de los villanos menores más intensos que ha parido Marvel. Ese Kravinoff abandonado por todos, senil y a un paso de ser octogenario. Ese Alimaña, monstruo caníbal, rodeado de sus parientes murinos y, sin embargo, más humano que nadie. Estos villanos que no importan a nadie se cruzarán con un Parker taciturno en una historia que se oculta en las antípodas de lo que se puede escribir sobre el héroe de ojos de bicho. Llueve en Nueva York. Todo es oscuro y lúgubre. Las mujeres mueren devoradas en las esquinas y los héroes son abatidos en los tejados. Estamos a un paso de ver a Sommerset y Mills encontrándose cara a cara con John Doe. Mientras, en cada página, Kraven sigue con su locura. Vencer y convencer. Una trama simple. El villano mejorará al héroe. Convertirse en Spider-man demostrará al mundo que Kravinoff no es un fracaso como ha sido siempre. La lucha contra uno mismo, la derrota inevitable. Porque, al fin y al cabo, este es un tebeo en el que nadie gana. Ni Spider-man, ni Kraven, ni Alimaña. Ni tan siquiera esa Nueva York plagada de acosadores, criminales y aguas fecales.

Un gran cómic. Al final no he querido contar nada específico sobre él. Merece la pena leerlo. La mejor historia jamás hecha sobre uno de los personajes legendarios del cómic estadounidense. Casi nada.

También podemos hablar de "Trámites Funerarios". Otra gran historia.