MANDY (2018)

No sé ni por dónde empezar. Hacer una reseña de Mandy requiere de algún componente lisérgico. O tal vez debería realizar un viaje astral y volver. Lo que me queda claro es que con un gin-tonic no basta para ponerse al nivel de la última película protagonizada por Nic Cage. Voy a intentar, y remarco lo de INTENTAR, exponer qué pasa en esta película. Y voy a hablar de Galactus. Y mucho. Porque Galactus es fundamental si quieres entender Mandy. Raro ¿eh? No queda nada.

Capítulo 1. Galactus.

Pues Nic Cage llega en helicóptero a visitar a su novia Mandy, que se dedica al arte pictórico en mitad de un bosque en el que no hay nada además de bosque. Cuando no está pintando, Mandy trabaja de tendera en el DIA local y da largos paseos por el boscarro por el cual pasa una carretera que no sé a dónde ira. A la llegada de Nic a casa, se establece una conversación en la que el señor Cage cita a Galactus como su planeta favorito. Sí, ese Galactus. El bicho violeta de los 4 Fantásticos. El devorador de mundos. Nic es un Marvel zombie. Yo soy un Marvel zombie. Así que le entiendo y le apoyo. El guion solo podría haber sido mejor si Nic llega a decir que su planeta favorito es Cybertron y por detrás de él aparece Megatron bailando el cancán con un tutú fucsia.

Capítulo 2. Otro Gin-tonic porfaplís.

Mandy, después de contar algo muy raro que involucra a su padre, unos estorninos y una barra de uña, sale a pasear por el boscazal y se cruza con unos vehículos en los que el equipo de cásting ha metido a los actores más feos del mundo. Steve Buscemi parecería Charlize Theron al lado de alguno de ellos. Al parecer son una secta muy rara dirigida por Jeremiah (léase Yeremaya), el cual se encapricha de Mandy. Yeremaya envía a uno de sus sicarios a tocar el cuerno de Abraxas….

Interludio. Momentos marvelómanos.

Vamos a ver, Panos Cosmatos, hijo de George Pan Cosmatos (Rambo 2) y director de este truño. Estos tipos se van a un bosque a tocar el cuerno de Abraxas y tú te quedas con la acepción católica de Abraxas olvidando que has hablado de Galactus dos líneas de guion más atrás. Y digo dos líneas porque el texto de la película cabe en un post-it. Todos sabemos que Galactus fue creado para evitar que Abraxas, la antítesis de Eternidad, fuese liberado en el Universo Marvel. Porque eso lo sabemos todos, ¿no? ¿NO? Seguro que Nic lo sabe ¿No podías tener un pequeño detalle? Es que a estas alturas ya pierdo el interés. Ponme otro copazo marinero que me acabo de enfadar.

Capítulo 3. Los cenobitas.

Volviendo a la historia. Pues que los feos tocan la flauta de Bartolo siniestra esa y aparecen unos cenobitas en moto. Muy chungos. Interesante diseño. A cambio del sacrificio de un gordo que pasaba por allí, los motoristas cenobitas le dan un coscorrón a Nicolas Cage y secuestran a Mandy. Parece que agarra ritmo este delirio.

Capítulo 4. Al llegar al portal me saco la tita, se lo toma a mal, se acabo la cita.

Yeremaya quiere mambo con Mandy. Las respetables miembros de la secta… Un momento ¿Se puede llamar secta a un grupo formado por 5 miembros más un líder? Les da para jugar una pachanga de fútbol sala por los pelos. Bueno, pues drogan a Mandy a base de LSD y picadura de avispón con elefantiasis y Mandy conoce a Yeremaya. Aquí Linus Roache, actor que da vida a Yeremaya, sale totalmente en pelotas tratando de seducir a Mandy con sus huevos colganderos. A Mandy le da la risa porque ella era la novia de Nic Cage y no puedes pasar de Nic Cage a CUALQUIER OTRO HOMBRE sin que te dé la risa. Es así. Es científicamente así. Hacedme caso que tengo un doctorado. Yeremaya se lo toma a mal y se acabó la cita. Vale que se acaba con Yeremaya pegándole fuego a Mandy, pero es que está feo reírse de la gente así.

Capítulo 5. Nicolas Cage en gayumbos.

A Nicolas Cage no lo mata ni hacienda. Habrá tenido que vender su cabeza de dinosaurio, su isla tropical y sus tebeos, pero cada día tiene más pelo que el anterior. Échale huevos. En Mandy, a Nic le clavan un espadazo en un lateral del pecho mientras ve a su novia arder. Por un momento pienso en alegorías con la lanza de Longinus. Luego pienso en si Galactus tenía una lanza. Luego miro mi Gin-tonic semi acabado y encuentro al responsable de mis pensamientos. Nic no muere porque es Nicolas Cage. Se mete en casa y se emborracha sentado en el váter portando unos indignos gayumbos blancos que demuestran que no hay hombre al que le queden bien ese tipo de prendas. Y aquí la película ya empieza a desbarrar. Sí, aquí. Antes tenía más o menos sentido. Hacedme caso, ¿no os he dicho que tengo un doctorado?

Capítulo 6. Mac, una guadaña y LSD.

A ver si recopilo rápido que me está quedando una entrada desorbitante. Poco a poco. Nic se va a casa de Mac, el negro de Depredador. No, Dillon no. El otro. El de la lengua rosa. El novio de Blain. Id a ver Depredador y ahorramos tiempo. Mac le cuenta a Nic (qué lío de nombres) que los cenobitas son producto de un químico experimental y que necesitará algo muy chungo para acabar con ellos. Nic se arma con una ballesta y forja una guadaña muy chula. El cómo la forja, cómo sabe forjarla, de dónde sale el material y demás son cosas qué no vienen al caso, pero yo creo que se nos da a entender que o Nic es Hefestos o yo necesito más ginebra.

Capítulo 7. Matando cenobitas.

Los cenobitas molan. Las escenas de acción no tanto. Por resumir, Nic se carga a los cenobitas sin mucho esfuerzo y luego se encuentra con su creador. Parece un químico normal. Yo, casado con una químico y estudiante de dicha carrera por largos años no veo nada raro ni en las pintas, ni el comportamiento, ni nada. Vamos que del surrealismo establecido hemos pasado a tocar tierra. Mientras el químico hace un poco de "droja", le cuenta a Nic alguna milonga (típico de los químicos, yo ya ni los escucho) y Nic se encamina a por el equipo de fútbol sala que ha matado a su mujer.

Capítulo 8. Luchando contra O´Parrulo Fútbol Sala.

Ante todo, mis respetos por los deportistas y aficionados del O´Parrulo. Necesitaba un nombre chingón para la sección. Nic llega y se carga a los miembros del equipo de Yeremaya a la velocidad del trueno. Incluso al encarnado por Clement Baronnet, un bigardo de dos por dos que porta una motosierra especialmente larga y que parece diseñada para sobrecompensar algún tipo de complejo. Enfrentado a Yeremaya en una especie de templo comienza el momento bizarro extra plus plus de la película.

Capítulo 9. Pero qué…

Enfrentado a Yeremaya, a Nic le cambia la voz. No sé. No entendí muy bien. Yeremaya vuelve a estar en pelotillas si no recuerdo mal. Nic se pone transcendental y se empieza a calentar. Agarra a Yeremaya de la cabeza y este le ¿ofrece sexo oral? Nic lo rechaza amablemente y le parte el coco a lo Montaña en Juego de Tronos. Se va mientras tiene visiones de Mandy en su coche. Entra en modo “Nic Cage ojos abiertos se me va la olla” mientras al fondo se ve que estamos en un planeta en el cual, a corta distancia hay dos lunas o un planeta con satélite propio o yo qué sé, basta ya.

Capítulo 10. Conclusiones.

Lo único que salva a la película es lo extraña que es y el estilo en el que está rodada. Obviamente Nic Cage mea carisma y con eso tiras. Sin embargo no tiene, o yo no le encuentro sentido alguno. Nic y Mandy llevan los dos una camiseta con el número 44 ¿son la misma persona? ¿es Nic un Dios? ¿El final hace referencia a los libros que leía Mandy? ¿A dónde fue Nic tras la masacre? ¿Hay policía en ese universo? No me gustó porque creo que pesa más la estética que la historia y, aunque me parece bien, un mínimo de trama lógica estaría bien. Quizá es que soy muy corto o que todavía no soy lo suficientemente hípster para estos niveles de locura. Por lo pronto, si no sale Galactus en la segunda parte, conmigo que no cuenten.