Qué jodidos estos niños del Sporting. Van y
le plantan cara al club más laureado de la historia. Y se la plantan sin pudor.
Piensen seriamente que ayer, a un lado del campo estaba un tío que calza botas
de oro y juega con balones del mismo metal. Pero es que más allá del portugués
dorado, también podías encontrar en el césped del hermoso Molinón a campeones
del mundo, malabaristas brasileños, un domador colombiano que vale decenas de
millones de euros, un acróbata malagueño que dicen que es el nuevo Iniesta, un croata recién llegado que
cuesta lo mismo que dos plantillas del Sporting y muchas maravillas más. También,
en el circo de tres pistas que es el Madrid, aparecía Jesé porque supongo que en un circo siempre debe haber espacio
para el humor. No sé si me explico.
Total, que frente a este ejercito de dinero y
futbolistas, Abelardo plantó un
equipo. Cuéllar, Lora, Luis, Bernardo, Isma, Sergio, Nacho, Carmona, Jony, Sanabria y Guerrero. Los mileuristas de la liga BBVA. A disfrutar y competir. Y disfrutaron. Y disfrutamos.
Desde el mismo momento que el autobús llegó al Molinón, la energía que ni se
crea ni se destruye, pasó de un enfervorecido público a un equipo que jugó de
tú a tú a todo un Real Madrid por cuarenta y cinco minutos. Carmona le tiró un caño a Marcelo, Sanabria se puso el esmoquin sobre la cota de malla y Nacho y Sergio se enfrentaron, sin apartar la vista, a Kroos y Modric ¿Acaso no
están orgullosos? Pero sigamos hablando de la transformación de la energía. Al
ver este derroche en el campo, el público se contagia. La energía desprendida
por los rojiblancos es absorbida, multiplicada y devuelta desde la grada de
manera que en la segunda parte el Madrid asedia pero no derriba porque por cada
galopada de un millonario aparece un guaje de la nada. Y si ese guaje no es
suficiente le ayudan otros. Porque eso es lo que hace un equipo. Con solo cincuenta ingenieros no haces un
edificio. Con once figuras no haces un equipo. Hace falta algo más y estos
guajes lo tienen. Puede que sea culpa del Pitu,
del ambiente, del clima o de Saturno, pero cuando los guajes saltan al campo
sabes que, ganen o pierdan, no va a quedar una gota de sudor por entregar, y
claro, así da gusto.
El resto es silencio. Todo lo que a muchos
importa ya es agua pasada que no mueve el resultado. El balón que no entra por
un centímetro, el piscinazo y los lamentos de una prensa plañidera o el
recuento de ocasiones como si las matemáticas importaran en esto del fútbol, ya
no valen nada. Ayer el Sporting empezó
en primera división como un equipo serio, recio y abierto a jugar al fútbol. Eso
es un hecho. Perder partidos es cuestión de tiempo pero disfrutar de este
equipo es algo que podemos hacer ahora mismo. Aprovechemos y que dure.
Y por cierto, desde este chigre ficticio
tiene que surgir una discusión claramente chigrera. La pregunta es, ¿Si Arbeloa fue internacional, cuántas
opciones tienen Luis Hernández o Isma López de jugar con la selección
española?
Si Arbeloa fue internacional, el tito puede ser catedratico. Ouch!
ResponderEliminarDe hecho, en algunos círculos, se considera que el Tito es un ángel caído a la tierra. Si no preguntale a Soto.
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